viernes, 9 de octubre de 2009

Confrontación con la Profesión de Docencia

¿Cuál es mi profesión? Soy psicólogo, egresado de la ENEP-Zaragoza en el año de 1988. Ya desde pequeño me sentía inclinado por investigar el cómo funcionan las cosas, y siempre traté de reproducir la pólvora de los cohetes y como podrán imaginar, la casa de mis padres sufrió varias veces los estragos de mi búsqueda (incluso mi persona), ya desde esas épocas me llamó la atención saber cómo pensamos los seres humanos, cómo aprendemos, cómo recordamos, de qué están hechas las estrellas, cómo se puede volar más rápido que la luz, por qué suben el volumen en los comerciales, etc. Decidir entre estudiar una carrera de arquitectura, físico nuclear o psicología, fue en verdad muy difícil, al cabo de una buena reflexión, decidí estudiar la última, y así es como terminé siendo psicólogo. Cuál es la relevancia de este relato, bueno esta ciencia me permitió tener algunas respuestas hechas desde hace tiempo, entender el cómo aprendemos así como a las teorías del aprendizaje desde diversas perspectivas teóricas. ¿Cómo me inicié en la docencia? Esta es una pregunta muy interesante y espero que la respuesta no demerite sus expectativas. En el siglo pasado, a punto de terminar la carrera, mi situación económica era muy paupérrima, así que me ofrecieron unas horas en una escuela comercial, impartiendo, de hecho, la asignatura de matemáticas financieras y algunas otras de personalidad. Aunque en aquella época no formaba parte de mi proyecto de vida ser docente, al terminar mi preparación profesional seguí buscando la forma de laborar en el área de la Psicología, que por razones de capacitación y un currículum escolar que no satisfacía las expectativa del mercado laboral, no me fue posible encontrar trabajo en mi área. Al mismo tiempo varias ofertas de docencia se me ofrecían y pues como los hijos no piden, exigen comer, acepté este trabajo y poco a poco me fui adentrando en la dinámica educativa, en las técnicas de enseñanza aprendizaje, en el uso de “aquellas tecnologías” de aprendizaje, en el manejo de los recursos didácticos y ahora es mi modus vivendi. Ser docente es para mí una carrera tan importante y difícil como cualquier otra (e incluso tan difícil como ser psicólogo), pues tenemos a seres humanos que se ponen en nuestras manos para que los formemos y les enseñemos (aunque nosotros los guiemos en su aprendizaje y no les enseñemos, de acuerdo con el nuevo paradigma), los padres de familia que confían en nosotros. Bajo esa motivación (algunos dirían presión), ¿cómo no dar lo mejor de uno para con ellos? ¿Cómo no capacitarnos y actualizarnos en este sistema social? ¿Cómo no ser mejores cada día y motivar a los estudiantes para que sean mejores cada vez? ¿Cómo no amar el trabajo que te permite trascender en el tiempo a través de tus alumnos? Ser docente es para mí una forma de vida, una actitud de reto ante los problemas, un medio de superación personal y profesional, que me ha permitido estudiar la carrera de mi segunda alternativa; un camino para conocer el pensamiento de los estudiantes y una oportunidad de hacer lo que me gusta: ¡Compartir mi conocimiento y descubrir nuevos horizontes! ¿Qué significa ser docente en educación media superior?, creo que puedo contestar perfectamente esta pregunta después de haber conocido todos los niveles de nuestro Sistema Educativo Nacional (bueno nada más me falta dar clases en doctorado je je). Este nivel educativo para mí representa el punto donde convergen diversas características especiales y particulares del desarrollo humano: en primer lugar tienes ante ti a personas que están formando su personalidad y están replanteando sus expectativas ante la vida; tienes a jóvenes con grandes planes de trabajo, que se están encontrado tanto en gustos personales como en sociales, se identifican unos a otros y se rompen grandes amistades, se inician otras y nuevas relaciones de pareja; los compromisos sociales y personales adquieren una nueva dimensión y por si fuera poco, los jóvenes se encuentran con grandes responsabilidades; jóvenes que defienden sus puntos de vista y argumentan a favor de ellos y expresan libremente su inconformidad para las injusticias; o bien a alumnos que si no los observamos pasan desapercibidos y en silencio, que si no los animamos a participar serian “un cero a la izquierda”, jóvenes con grandes problemas familiares, personales y económicos, que buscan desesperadamente un amigo que los escuche, los comprenda, o que los aconseje. Tener un nivel educativo tan interesante como éste (sólo el de secundaria y, mis respetos completos para nuestros colegas de ese nivel), nos permite ocupar todas nuestras capacidades y creatividad para salir avante y lograr sus metas y la nuestras. Esto es lo que significa para mí la docencia a nivel medio superior. ¿Qué motivos de satisfacción tengo como docente de educación media superior? Bastantes y tan gratos cada uno de ellos… Para empezar, trabajo en el nivel educativo que me gusta, amo mi trabajo, es una profesión que me ha permitido superarme y actualizarme constantemente tanto en mi carrera como en mis intereses personales, es una fuente de alegría al compartirlas con mis alumnos; me permite recibir una sonrisa sincera por parte de mis alumnos y el gusto de ser reconocido y saludado a través del tiempo por generaciones ya egresadas; por tener el reconocimiento y agradecimiento explícito de mis alumnos por su mis enseñanzas y su aprendizaje. ¿Qué otros motivos de satisfacción puede tener un docente? Creo que el más grande es la sonrisa de sus alumnos.

La principal insatisfacción que reconozco y tengo es la denigración que hacen algunos compañeros de nuestra labor, aquellos que por $50.00 ó $200.00 venden una calificación, aquellas autoridades que aceptan tratos con pseudo estudiantes y cobran tarifas por extraordinarios y fabrican las actas de evaluación; aquellos alumnos que amedrentan a docentes para que los aprueben, aquellos compañeros que se aprovechan de su puesto para sojuzgar a sus estudiantes y denigrarlos con actitudes de despotismo o autoritarismo. Lamentablemente, son parte de nuestra realidad docente y que cada uno debe mantener su lucha frontal y no claudicar.

1 comentario:

  1. Saludos Mtro. Joel.

    Gracias por su invitación.

    La mayoría de l@s docentes en el nivel medio superior, comparten su experiencia, acerca de las circunstancias y necesidades por la cuales se dedicaron a ser docentes.

    El nivel exige la adaptación no sólo de nuestro ideales acerca de la carrera que elegimos, sino la adaptación a horarios, alumn@s, y procesos administrativos, cambiantes. Es uno de los primeros retos a los que nos enfrentamos como docentes. Coincido con usted en que tod@s podemos aprender de lo que experimentamos, es cuestión de elegirlo así. P. ej. de l@s "mal@s maestr@s", podemos aprender lo que no se debe hacer.

    Como advierte en su escrito: la aventura de ser maestro, las emociones están presentes en nuestro quehacer docente, y si lo vivimos nosotr|@s. l@s alumn@s igualmente lo comparten: ¿cuántos de nosotr@s en la planeación y diseño de actividades de enseñanza, uso de recursos de la red,...; consideramos en elemento emocional?. Es uno de las áreas de oportunidad que podemos aprovechar, a partir de sus saberes y actividades, estado de desarrollo y contexto. Lo veremos más adelante en el módulo.

    Pero desde ahora, en cuanto a los saberes de sus estudiantes, señalo la diversidad que existe (tema ya abordado en el módulo I), y que es necesario atender igualmente cuando nos referimos al uso de la internet.

    Le invito a animarse en su quehacer docente, al final de cuentas, sólo puede responsabilizarse de su trabajo, ¡Continúe haciéndolo de la mejor manera, es para usted, sus estudiantes y su familia!.


    Un abrazo.

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